Practicante en acción

Practicante en acción

jueves, 29 de octubre de 2015

Te sigo

Tengo miedo. Imagino a mi profesor guía (de la memoria que se supone estoy escribiendo) leyendo mis primeros avances y luego gritando: “¡No! ¡No! ¡Mal! No mienta, a quién quiere engañar. Usted ha estado cinco años en la universidad y no sabe nada. ¡Fuera de mi vista! Pero antes de salir, deje su piocha con la secretaria, porque sabe señor, usted no es digno de esa piocha”.
“Usted no es digno de su piocha”, me da pánico que alguien me diga eso. Yo amo mi piocha, yo necesito mi piocha, yo soy mi piocha. Por las noches abrazo mi piocha y me aferro a ella cual naufrago en la tormenta. Yo le canto a mi piocha y he llegado a ser tan plateado como ella.
Hoy iba a escribir, iba a trabajar en la memoria, porque eso es lo que soy, un memorista, voy a la biblioteca y en el mesón me dicen, “ah usted es memorista”, y a mí se me hincha el pecho de orgullo al tiempo que disimulo el rubor que aparece en mis mejillas mirando el suelo. “Sí, estoy trabajando en eso”, respondo. Me agrada esa respuesta por su ambigüedad, no digo, “estoy escribiendo mucho”, porque sería mentira, utilizo la palabra “trabajo” que puede involucrar más aristas de mi vida académica, como preparar café, revisar el mail, ir a comprar pan a la esquina, salir a caminar, etc, vida académica en el amplio sentido de la expresión.
Hoy, la idea era trabajar en la memoria, en un arranque de lucidez copié y pegué completa Temporada en el infierno, tiene que estar Rimbaud en el marco teórico, pensé, no importa que esté hablando de Lenguaje Cinematográfico, Rimbaud tiene que ir, y si está Rimbaud tiene que estar Baudelaire y si está Baudelaire tiene que aparecer Armando Rubio y si aparece Rubio cómo voy a dejar fuera a Teillier y si hablo de Teillier no puedo olvidar a Lihn y me siento mal por no haber citado aún a Rodrigo Lira y si estoy hablando de Lira por qué no seguir con Miguel bosé, Juan Gabriel, Charly García, Hector Lavoe, Carlos Gardel, Violeta Parra, Pixies, The Clash, Iggy Pop y si ya estoy citando a Iggy Pop, quizás, el marco teórico se me fue un poco a la mierda y tenga que empezar todo desde cero mañana.
En mis descansos de la tesis o memoria o como se llame la mierda que estoy haciendo, trauma final, por ejemplo, sería un nombre tentativo, quizás, demasiado sugerente, en los descansos de esta tortura me dejo llevar por el mayor invento del siglo XX, la internet, para ser más específico, Facebook.  En Facebook sigo a mucha gente, pero en especial a una. Con esa persona no he hablado nunca, pero sé que música escucha, los libros que ha leído, las películas que ha visto en la semana. Aparte de ser su amigo en Facebook, no tengo ninguna relación con ella, pero invierto mucho tiempo en mirar su perfil, más de lo que invierto en estar con mi familia o amigos de la vida, por decirlo de alguna manera, de la vida real.
Me gusta la chiquilla. Reviso su muro en Facebook, sus ocurrencias, los chistes que dice, los memes que comparte, las cosas a las que le da like. Cada tanto, repaso sus fotos, todas las épocas, es un ejercicio que me encanta, su etapa dark en el colegio, su evolución natural a la estética beatnik en la universidad hasta llegar a su apariencia sobria y sofisticada que cultiva en el trabajo.
Me encanta su sentido del humor. Me río solo en mi pieza y le celebro sus ocurrencias, solo, en mi pieza, siempre. Sigo con especial atención los eventos a los que, según Facebook, asistirá, siempre en mi pieza, escuchando la música que ella escucha, leyendo los libros que ella lee, siempre solo.
Este año he asistido a muchos eventos, a los que según Facebook, ella igual asistió, claro que yo no la vi en ninguno, excepto el fin de semana pasado, que coincidimos en el recital de Planta Carnívora. Llegué al lugar puntual, a las 11, pero no había nadie, ni siquiera los artistas. Luego, volví a las 12 y todavía estaban probando sonido. Como a las 1 y media llegué, nuevamente, con un amigo, pero ya había tocado la artista. Entramos igual al local y vi a la niña de Facebook apoyada en la barra. Pedimos unas piscolas con Vladimiro, mi amigo. Vladimiro empezó a hablar con Planta Carnívora, sin haberla escuchado cantar se lanzó a criticar el show. ¿Por qué no eres más como Gustav Mahler?, preguntó Vladimiro. Perdón, no sé de qué estás hablando, respondió Planta Carnívora. ¿Cómo te haces llamar artista y no has escuchado la segunda sinfonía de Mahler? ¿Qué mierda pretendes con eso?, inquirió Vladimiro. Permiso, dijo Planta Carnívora y se fue. ¿Viste eso?, los artistas de hoy no escuchan a Mahler, qué horror, me comentó Vladimiro. Mientras, yo avanzaba hacia la barra, asentía con la cabeza a las cosas que me decía Vladimiro, pero no escuchaba nada. Permiso, puedo colocar mi vaso acá, le pregunté a la niña de Facebook. Ella asintió con la cabeza y dijo: ya, bueno. Eso fue todo lo que hablé con ella. Luego, sus amigos llegaron y ella se fue del local. Yo me quedé hablando de Mahler con Vladimiro.
En un documental en Youtube sobre los potos, un estudioso de los potos decía algo que me parece encierra una profunda sabiduría: “Mirar un culo en la calle, es mirar algo que se aleja y mientras más se aleja, más perfecto nos parece”. Facebook nos da la oportunidad de mirar de lejos a la gente y completar la parte que falta con nuestros propios deseos, nuestros propios gustos, nuestros propios recuerdos, nuestra propia ética y estética. ¿Para qué relacionarte de cerca con alguien si puedes hacerlo de lejos? ¿Para qué elegir la realidad si puedes tomar la ficción?
  




martes, 20 de octubre de 2015

Gabriela

Desde hace algunos días converso con un ente en Facebook que se hace llamar Gabriela, no tiene apellido ni foto de perfil ni amigos. Gabriela puede ser un virus computacional, un marino retirado de 75 años o la dependienta de la verdulería, no sé, puede ser cualquiera, aun así, confieso mis inquietudes y quimeras a eso llamado Gabriela.

Yo le pregunto a Gabriela: ¿Qué clase de valores voy a transmitir a mis estudiantes el día de mañana? Me gusta la cumbia villera, no soy especialista, pero ubico un par de grupos y se me pegan las canciones. Al principio, las encontraba graciosas y las cantaba sin mayor convicción. Ahora me parecen buenas y eso me preocupa. Los cantantes se enorgullecen de acostarse con las esposas de sus amigos, de aspirar pegamento, de robar para tener dinero y seguir drogándose. La situación no me inquietaría si me dedicara a otra cosa, pero estudio pedagogía y seré profesor algún día.

El virus computacional llamado Gabriela me dice que la cumbia villera no es algo que lo estremezca. Le digo que seguro no ha escuchado a Mala Fama y su hit Soy Mala Fama, cuyo estribillo dice más o menos así: Soy mala fama no tengo solución/ no me refugio ni corro como vos/ soy mala fama de alma y corazón/ no toca rejas como vos. Qué melancólico, eso si conmueve, eso si da gusto escuchar, qué canción más emotiva se sacó, responde Gabriela, virus computacional muy cínico al parecer.

Gabriela, el probable coronel en retiro llamado Gabriela, me habla a altas horas de la madrugada. Oiga, ¿por qué usted nunca tutea, por qué repite tanto la palabra OIGA?, pregunta el ente. Uf, es la pregunta más complicada que me han formulado en el último lustro, respondo y guardo silencio. Una hora después, agrego: De la misma manera en que la tesis en la que trabajo tiene un marco teórico (marco teórico que en realidad no tengo aún, yo pensé que era opcional, que la tesis era divagar sin llegar a ninguna conclusión satisfactoria) la vida cotidiana de cada uno de nosotros se rige por un personal marco teórico que gobierna nuestras acciones. En mi caso, dicho marco teórico se compone principalmente de baladas románticas, cumbias y tangos.
Gabriela, escuche, oiga, el gusto por decir, oiga, tiene directa relación con el tango, canciones como La Cumparsita, Pa que sepan como soy y Cambalache. Oiga, Gabriela, digo OIGA porque la cuestión es ser un seco y que te llamen señor, porque yo me hice en tangos, porque estoy atado al parpadeo de los semáforos y no dejo de moverme en el asfalto de la ciudad, digo OIGA porque amo la ciudad, las calles y edificios, las noches pobladas de mamíferos, digo, oiga, porque cuando pibe me acunaba en tango la canción materna pa' llamar el sueño y escuché el rezongo de los bandoneones bajo el emparrado de mi patio viejo. Digo OIGA porque soy soltero y hago lo que quiero.

Gabriela se despide, me abandona. Yo la entiendo, soy bloguero, las chicas o virus computacionales o coroneles en retiro se aburren pronto de nosotros. Porque el bloguero es el nuevo beatnik, sin trabajo estable ni horario fijo ni residencia. Porque en el siglo XXI recitar versos de William Blake a torso desnudo es considerado una tonterita. Porque invertí el poco dinero que tengo en comprar una chaqueta de cuero para verme mejor leyendo a  Lautréamont en la vía pública y me llamaron ridículo. Por eso me hice bloguero, Gabriela, para no despedirme como la gente, para decirte adiós con una entrada, único idioma que domino, la notificación y el comentario, mi única patria.


Oiga, Gabriela, ¿dónde venden zapatillas baratas?
No tengo idea, responde ella.
Le aviso que su conversación no me conmueve, dice Gabriela.
Oiga, mientras usted tiene frío en el corazón,
yo tengo frío en las patas, Gabriela, oiga,
¿dónde mierda venden zapatillas baratas?
 Su propuesta no me conmueve, insiste ella,
si no le gusta Sergio Dalma, nada más puedo hacer por usted,
respondo yo.
Oiga,
si no le gusta Juan Gabriel ni Chayanne ni Raphael,
nada más puedo hacer por usted.






viernes, 9 de octubre de 2015

Señora Decana

Santiago, 09 de octubre 2015

Señora
Carmen Balart Carmona
Decana Facultad de Historia, Geografía y Letras
UMCE
Presente

Señora Decana:
Diego Alberto Vega Espinoza, alumno de la carrera de Licenciatura en Educación con mención en Castellano y Pedagogía en Castellano, saluda atentamente a usted y expone lo siguiente:
Que ingresó a la carrera el año 2011.
Que es soltero, ergo, hace lo que quiere.
Que además de ser soltero es bloguero y arquero, para ser más específico, tercer arquero.
Que el presente semestre trabaja en la Memoria de Título, pero sin mucha inspiración, siente que en vez de avanzar, retrocede.
Que hace varias semanas rebota perdido por los pastos de la Universidad, sin sala ni horario ni recreo.
Que pide libros en la biblioteca que no lee.
Que su única ocupación es olfatear libros viejos.
Que el motivo de su mal resultado académico se debe a constantes decaídas anímicas acontecidas durante el semestre, melancolía crónica que padece como consecuencia de haber pasado gran parte de su adolescencia bajo la influencia del Grunge: Nirvana, Elliott Smith, Mazzy Star y el Siamese Dream de Smashing Pumpkins. Señora Carmen, usted entenderá que es difícil volver a la rutina diaria después de escuchar la versión de Hallelujah de Jeff Buckley.
Que la psicóloga del Centro Médico de la universidad recomendó reguetón colombiano, pero el estudiante no entiende las letras. Luego de la evaluación pertinente  tanto la psicóloga como la médica que lo atendió sugirieron evitar la música indie pop, dando a entender que las problemáticas sufridas por el alumno se debían a las baladas tristes que acostumbra escuchar antes de dormir.
Que el estudiante ha vuelto a sus viejos hábitos de imitar a Iggy Pop frente al espejo, sin buenos resultados.
Que por la tarde se viste como Ziggy Stardust para ir a comprar el pan, sin buenos resultados.
Que al estudiante lo han dejado 4 veces plantado esta semana, por suerte, personas diferentes, por suerte, es bloguero y puede convertirlo todo en una publicación.
Que se le extendió una licencia médica por el lapso de una semana con el objetivo de encontrar un profesional que pudiese recomendarle música más alegre. No obstante, al no contar el Centro Médico de nuestra casa de estudios con profesionales de la melomanía y no poseer los  medios necesarios para atenderse en otra institución, le fue imposible llevar a cabo las recomendaciones médicas. Por lo cual, sus problemas persistieron, agravándose a medida que avanzaba el semestre.
Que las comedias románticas que el estudiante acostumbra ver no ayudan.
Que la versión de Orgullo y Prejuicio con zombies, quizás, no sea tan buena como parece.
No obstante, el estudiante se compromete a atender su salud mental debidamente durante el transcurso del año 2015, para así evitar situaciones como la que le acontece hoy en día.
Por lo anteriormente expuesto, solicita a usted tenga bien concederle la conmutación de la memoria de título por una tocata de Movimiento Urbano Rural, a realizarse el 21 de octubre en el vino de honor del Congreso De Estudiantes De Castellano. Para así poder ver realizado su anhelo de convertirse en profesor, labor a la cual desea dedicarse durante el resto de su vida.
Queda a la espera de su favorable acogida y se despide atentamente a usted



DIEGO ALBERTO VEGA ESPINOZA