Practicante en acción

Practicante en acción

martes, 23 de julio de 2019


El paño de la cocina está muy mojado siempre. El secado de loza se dificulta en demasía y si no seco la loza es imposible seguir lavando. En mi casa yo lavo la loza, tarea que se me adjudicó sin mayor análisis ni discusión. Mi problema no es tanto el lavado como el secado. Con el pañito tan mojado la terea del secado se vuelve un imposible, una utopía y como toda utopía, una quimera de los más dolorosa.

El pañito de la loza en invierno es heladísimo. Como está mojado, siempre.

El pañito de la loza no siempre es un pañito, a veces, hay dos. Dos pañitos. La idea es que no se moje tanto el pañito oficial de la loza. El pañito oficial está arriba de la tapa de la cocina, el de reserva colgado de la puerta del horno. Ambos terminan muy mojados al final del día y en vez de tener un pañito asqueroso, mojado y frío, terminamos con dos pañitos asquerosos. Demás está decir que ninguno seca provocando la desesperación de este humilde servidor.

Pensé en no lavar la loza el día de hoy mas me arrepentí y retracté y tiré el poto pa las moras en el acto. Es incómodo operar en la cocina, una cocina pequeña como es la que tenemos, con rumas de loza por diferentes partes.

Sacrifiqué mis manitas y la fría humedad del pañito invernal de la cocina heló mis huesos y mi sangre y mi corazón y mis sueños, pero la casa está limpia.

Madre, la casa está limpia.

jueves, 4 de julio de 2019


Compré un libro por internet. Me equivoqué. Compré un libro que hablaba de otro libro que quería leer. Me di cuenta al ir a buscarlo. Me junté en las escaleras de la Biblioteca Nacional con el cyberlibrero. Abrí el libro y vi que no era lo que esperaba. No dije nada. El librero preguntó, ¿conforme? Yo dije, sí. Segunda vez que me pasa. Antes, había comprado un libro en alemán. Quizás, me sirva para aprender, pensé. Hasta ahora no ha servido, muchas consonantes juntas. Idioma de mierda. Más de dos consonantes seguidas es un exceso. Mesura, favor.

Voy a morir. Me tiene inquieto eso. No es que esté enfermo. No que yo sepa. Pero soy humano y nuestra especie desaparece y todo eso. Qué pasa si voy al infierno por ser un pésimo profesor. Todavía no sé hacer clases. Me acelero, no me sé dar a entender. Los niños no entienden nada. Qué pasa si el infierno es una sala de profesores.

Voy a morir y me acuerdo de ese detalle justo cuando me acuesto. Entonces, me dan ganas que la vida que llevo valga la pena. Acto seguido, empiezo a hacer una revisión de las cosas que he hecho y que he dejado de hacer. La gente que amé y dejé de amar, las cosas que dije y las que no. Nunca llego a ninguna conclusión satisfactoria.

Pasé la aspiradora. Había corderitos de polvo. No me dan asco, me gustan. Son como juguetes para mí.

Perdió Chile. Vi el eclipse. Después vi todo rojo y me asusté. Después ya no.

He vuelto a escuchar Morrisey. Habla harta mierda, pero tiene buenas canciones, nada que hacer.

He vuelto a escuchar New Order. Bailo bien New Order. Soy el mejor intérprete de New Order. Soy el mejor balarín de Temptation del mundo y nadie lo sabe. Mejor así, no hay que alardear, alardear no es para nada elegante.

viernes, 21 de junio de 2019

Viernes 21 de junio


Compré galletas de soda y manjar. La mejor compra que he hecho en mucho tiempo. ¿Por qué es tan rico el manjar? ¿Por qué es tan rica la Coca Cola?
Vi el partido de Chile. Solo. En la pieza que utilizo en casa de mi madre. Al lado, dos bolsas de basura gigantes. Estuve ordenando, pero no termino nunca. Esta pieza fue de mis papás y luego de mi hermano mayor, también dormí yo y mi hermana, cuando chicos. Hay mucha basura. Encontré una caja llena de cassettes con canciones mías. No sé si califica como basura. No creo que los escuche, pero me da cosa botarlos.
A los 14 años grababa muchos cassettes. Le hice una canción al flan de leche. Mis temáticas eran variadas y la repostería siempre me ha interesado. También, le hice una canción a las lenguas muertas, mis favoritas.

Me gustaría vestirme mejor. Tengo mal gusto. No sé combinar colores. Andaría siempre de luto, eso solucionaría muchas cosas.

Necesito una bata de levantarse. Una que me sirva para salir a la calle. Podría ir a comprar el pan en bata de dormir en la mañana. De vuelta, pasaría a comprar el diario y tomaría café, en bata de dormir, leyendo revistas con entrevistas y críticas y esas cosas y comería galletas de soda con manjar y eso se sentiría bien.

Me pica el poto, un poquito. Comí ají, poquito y ahora me pica el culito, poquito.

Fui a la Vega con mi mamá y luego al súper. Fuimos a pie y echamos todo en un carrito. En el camino me encontré con un ex compañero de colegio que iba en una camioneta gigante. Me sentí mal. Fracasé. Perdí. Soy el tipo que tira el carrito en vez de manejar una súper camioneta. Pero esto no es una competencia. ¿Por qué me comparo con la gente? Soy un idiota. Eso es peor a ser un fracasado.

Mi mamá me ama. Menos mal.

Tomo el Duech.

Huaipe. (De origen inglés). M. Estopa, masa de hilachas de algodón o trozos de tela, que se utiliza para limpiar en trabajos de mecánica y similares.


viernes, 14 de junio de 2019

Viernes 14 de junio



Me masturbé o lo intenté al menos. Creo que elegí mal el video. Todo muy sobreactuado, me molesta eso. El tipo no sabía de gasfitería y era muy evidente que no tenía idea de cómo arreglar la llave del agua, pero la dueña de casa no reparó en eso, en que la llave iba a seguir perdiendo agua, con lo cara que está el agua y el calentamiento global y todo eso.

Tendí mi cama. Hace tiempo que no lo hacía.

Jugué cartas con mi papá. Le gané. Tuve que jugar de nuevo. Él se pica y exige revancha. Es muy competitivo. Me hubiese gustado haber heredado algo de eso. Empecé a jugar de manera ilógica, con el objetivo de perder luego, pero volví a ganar. Tuve que volver a jugar. Hasta que mi papá ganó. Jugué como tres horas. Mucho.

Leí un libro sobre amistad y rivalidad entre artistas, artistas que pintan, o sea, pintores. No lo leí entero, solo la primera parte. Iba de Bacon y Freud. No conocía a ninguno de los dos, pero me interesa el amor y el odio y el arte y todo eso. Bien ridículos los dos, bien artistas, bien encantadores. Se peleaban y se dejaban de ver, pero conservaban las obras del otro, como el objeto más valioso. Ridículos, temperamentales, artistas. Bien artistas, bien imbéciles. Bien ahí.

Invité a salir a una colega bloguera. Mi padre se alegró. Qué bien, qué hace, cómo es. Empezó a hacer muchas preguntas. Yo le hable de ella, con la voz entrecortada, con la vista en el mantel de la mesa. Me puse nervioso. Me dieron ganas de ir al baño. Menos mal. Con el frío me pongo estítico, es como si las entrañas se me congelaran. Dónde van a ir, siguió preguntando mi padre. A un café. Oh, qué sanos. Sí, ella no puede tomar. Ayer se hizo un tatuaje. Mi padre frunció el ceño. ¿Cómo los presos de la cárcel? Papá, ahora la gente se hace tatuajes, no se trata de pertenecer a una pandilla, sino de hacerse algo bonito en el cuerpo. ¿Cómo los presos? No, weón, como toda la gente. ¿La gente que termina en la cárcel? No, ahora todo el mundo lleva tatuajes.

La colega bloguera canceló la cita. Yo me había duchado y todo eso. Todo lo que implica tener una cita. Perdí la ducha, parece.

Diccionario de uso del español de Chile. Lo abro en cualquier página. Enchucharse. Vulgar. Enojarse profundamente, por lo común manifestándolo con notoriedad.




viernes, 7 de junio de 2019

Viernes 7 de junio


No leí nada. Compré dos libros más. Los vi en Facebook y no me aguanté. Tengo muchos libros que no he leído y sigo comprando. Parece que tengo una enfermedad. Paso por fuera de una librería y entro, solo para ver qué hay, pero siempre hay algo, un buen título, una buena portada, un buen descuento, una oferta que no puedo rechazar. No sé si esto es alguna clase de desviación o solo estupidez, pero ya compré los libros, dice, reservado para Diego Vega, ya está hecho.
Pasé la aspiradora. Me eché toda la tarde en eso. Hay mucho desorden, eso no ayuda. Mi pieza es como una bodega o un garaje. Muchas cajas, muchas bolsas, un par de monitores malos, una pesa que no funciona, parlantes que nadie ocupa, rumas de revistas y diarios viejos, maletas rotas, ropa deforme, una guitarra sin cuerdas y un Pequeño Larousse Ilustrado, que de todas mis pertenencias, es la más valiosa.

También tengo un diccionario de uso del español de Chile. Lo abro en cualquier página, a modo de ritual al final del día.

Día del níspero. Loc. Sust. Momento muy lejano en el futuro.
Día del pico. Es como lo mismo, pero vulgar. Señala la imposibilidad de que algo ocurra.


lunes, 26 de junio de 2017

Quién reemplaza a los reemplazantes

Reemplazo por dos días. Me descubrieron de entrada, "esta clase es un chiste", me dijo un estudiante. Sexto Básico, han cambiado los niños. Siempre supe que la mentira no podía durar mucho tiempo más: como profesor, soy un buen payaso.

Entrevista de trabajo, martes por la tarde. Dibuja un hombre bajo la lluvia, me dice la sicóloga. Dibujo a un hombre amarrado al mástil de un barco, maldiciendo a Dios, en medio de una tormenta (humilde homenaje a Teniente Dan y a todo el mundo le gusta Forrest Gump, ergo, pega segura).

Entrevista de trabajo. Pregunta: si encuentra dinero falso, ¿lo utiliza? Yo: sí. Si le venden un objeto robado, ¿lo compra? Yo: si está a buen precio, por supuesto. ¿Le dicen muy seguido que sea más alegre y positivo? Yo: prefiero quemarme a consumirme lentamente. ¿Cuándo llega a un lugar por primera vez, es el primero en socializar y empezar una conversación trivial?. Yo: nunca, de hecho, tengo agorafobia.

Reemplazo por una semana. Caigo en cama con fiebre el lunes en la tarde. Falto el martes. Quién reemplaza a los reemplazantes, mi dios. La fiebre no baja, falto miércoles y jueves. Vuelvo el viernes, menos mal.

Reemplazo. "Profesor, me tiraron jabón en el pelo", "profesor, él mordió mi lápiz y ahora tiene la boca llena de tinta", "profesor, haga algo, ella está jugando con un spinner". Yo  levanto el dedo índice, acto seguido, digo a todo que no, eso no se hace, agrego. No hay buenos resultados.

Entrevista de trabajo. La cosa es en Puente Alto. Me pierdo. Tomé la micro equivocada y me bajo cerca de una carretera que atraviesa un sitio eriazo. No sé dónde estoy. Llamo para cancelar la entrevista 5 minutos antes. Me da vergüenza admitir que me perdí y miento y digo que me hicieron otra oferta que no pude rechazar. Todo el mundo se enoja conmigo, el director, la compañera que me recomendó, recibo puteadas por distintos canales. Luego, tomo la primera micro que pasa. No sé hacia dónde se dirige.



lunes, 18 de abril de 2016

Sistema frontal 2

Me preocupa mi polola, ella trabaja en una librería en Providencia, el local parece que se inundó, le informo al colega Enzo. Pero si usted no está pololeando, me contesta él, no basta con que te guste una chiquilla para pololear con ella, hay que hablar con ella y salir con ella y pedirle pololeo a ella y después puedes decir que estás pololeando con ella, agrega el colega, con vehemencia, quizás, con desesperación. ¿Estás seguro?, pregunto yo. Sí, responde él.
Pero si voy a la librería casi todos los días, durante meses, probablemente, años y de tanto ir al lugar de trabajo y escuchar las conversaciones que mantiene con otra gente termino por saber los gustos de la chiquilla y sus problemas familiares y sus gustos musicales y sus ideas políticas y sus preferencias éticas y estéticas y me angustio con las angustias de la chiquilla y me alegro con las alegrías de la chiquilla, yo creo que de alguna manera tengo una relación con ella, yo creo que esa relación es amor, yo creo que es mi polola. No, me dice el colega Enzo, así no funciona la hueá, agrega él, con una seguridad que se siente como una cuchillada.
Otra cosa que me inquieta es que se inundó un hospital, le digo al colega Enzo. Pero si tú no tienes Isapre y ni siquiera tienes Fonasa, me dice el colega Enzo, a ti no te dejarían pasar ni a la recepción del hospital, agrega él.
Y la autopista, inutilizable quizás hasta cuándo, le digo yo. Pero si tú no tienes auto, me dice él.
En realidad, lo que más me preocupa es mi departamento, le digo yo. Pero si tú vives de allegado, si no tienes dónde caerte muerto, me dice él.
Es verdad, es que siempre se me olvida, le digo yo. Suele pasar, me dice él.